Tres puntos más que invitan a soñar con el primer puesto del grupo...

 

 

 

En Bucarest hemos visto una nueva versión del Sevilla de Manolo Jiménez. Cuando ni el campo ni la climatología están para practicar un fútbol preciosista, se recurre al oficio, el control y la pegada. Y eso ha hecho hoy el Sevilla, ni más ni menos. Mostrando una superioridad insultante, ha logrado una victoria que le clasifica de forma virtual para los octavos de final de la Liga de Campeones e incluso le permitirá luchar por la primera plaza del grupo tras el empate sin goles del Arsenal en Praga. Dos goles de Renato, uno en cada tiempo, han sido más que suficientes. Y es que el rival tampoco exigía más. La presión de Keita y Poulsen en la medular, la velocidad de Navas por la derecha, y el apoyo de Kanouté y Renato en ataque, han permitido al Sevilla pasearse en Rumanía. Basta decir que Palop ha sido un invitado de hielo, porque la temperatura así lo pedía, y que el primer disparo entre los tres palos de los rumanos ha llegado a los ochenta minutos de partido. Tres puntos más, y ahora a por el Arsenal. La importancia de ser primero para los cruces posteriores así lo exige.