¡¡¡Tengo una corazonada¡¡¡
El Sevilla ha escrito una de sus páginas más bellas en Europa y ha derribado la fortaleza de Ibrox Park a lo bestia. Con cuatro goles y gustándose. La imagen del conjunto de Manolo Jiménez sigue siendo de una superioridad total sobre los rivales que va encontrándose por el camino. Tanto es así, que soñar no es ninguna tontería. Oporto, Depor, Mónaco y Valencia ya fueron en su día grandes en la competición de los grandes.
¿Por qué no va a serlo el Sevilla? El lema de la candidatura madrileña para los juegos nos viene al pelo para titular estas líneas.
La apuesta inicial de unos y otros era diametralmente opuesta. Balón para el Sevilla y contragolpe a base de pelotazos y fútbol muy directo como propuesta escocesa. Lo cierto es que los de Walter Simth al principio no asustaban nada, en absoluto. Tardaría quince minutos el Sevilla en generar la primera ocasión de gol. Navas recibía con ventaja, servía a Kanouté y el disparo potente del delantero era detenido a bocajarro por el portero. El Sevilla ya daba miedo. Tardaron muchos minutos en aparecer los locales. Un par de intentos por el centro sirvieron para levantar a su parroquia. McCulloch tuvo la mejor disparando alto en el 26. Cuatro minutos más tarde volvería a intentarlo. El Sevilla se iba diluyendo como un azucarillo y sufría cada vez más con el ritmo que le imponían. Pero el verdadero momento de apuro todavía tendría que llegar. Konko perdía una pelota en su área, Naismith se le llevaba y el lateral sevillista metía la pierna haciendo un más que posible penalti... el árbitro sueco se hacía el ídem. Las pasaba canutas el Sevilla, pero un fallo de Bougherra desembocaría en una doble ocasión de Adriano y Navas que casi acaba en el 0-1.
La segunda parte empezaba con el mismo panorama. Agobio escocés. Pero llegó el primero. Jugada de pizarra para que recibiese con muchísmo tiempo Navas en la derecha, levantase la cabeza y sirviese en bandeja para que 'el indultado Konko' le diese la ventaja al Sevilla. Sonaban tambores de guerra en Ibrox Park. Papac primero, y Thomson, más tarde, estuvieron a punto de darle un disgusto a Palop. El Rangers ponía todo de su parte, pero no era suficiente. En el 63 apareció por fin la sociedad Kanouté-Luis Fabiano y entre ambos fabricaron una jugada de tiralíneas para que Adriano, de disparo cruzado, subiese el 0-2 al marcador. Ya sería un no parar. El Sevilla se gustaba y el tercero llegaba tras un centro por la derecha de Kanouté que remataba Luis Fabiano. Distintos protagonistas en el cuarto. Navas-Luis Fabiano-Kanouté conectaban en ese orden y humillaban a su rival. A cuatro minutos del final, el español Nacho Novo rompía la racha de cinco partidos sin encajar goles del Sevilla. Su trallazo, saliendo de un regate en la izquierda, se colaba lejos de Palop cerrando el choque.
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Miriam -
Joan -