Sevilla 4 Ponferradina 0
LECCIÓN MAGISTRAL EN EL REMATE DE LUIS FABIANO
El Sevilla no da opciones a la Ponferradina, que sufrió los dulces zarpazos del internacional brasileño, que arruina la sorpresa. Como epílogo, Maresca cerró la goleada para certificar el pase a los octavos de final de la Copa del Rey en el Sánchez Pizjuán
Luis Fabiano sacó el libreto. Dio un repertorio mayúsculo en el remate. Lección primera: testarazo impecable a pase fantástico de Romaric. Lección segunda: escapada hacia el portero leonés que culmina con una vaselina suave, suave, de ensueño. Lección tercera: control excelente con la derecha, giro veloz y zurdazo inalcanzable. El Sevilla ya está en octavos de final. Maresca puso la guinda con un empalme espectacular. La Ponferradina ya hacía tiempo que había sacado la bandera blanca de la rendición.
La inspiración de Luis Fabiano arruinó la sorpresa que auguraban los gafes y los expertos en emponzoñar. El brasileño puso el remate letal, pero en el partido pasaron otras cosas de consideración. Se lució Romaric. El marfileño, foco de las críticas en las últimas semanas, demostró algunos aspectos esenciales en el fútbol. Impuso su personalidad. Tendrá días mejores o peores, pero jamás se esconde. Reclamó el balón constantemente, sin importarle la presión de dos y hasta tres guardianes. Ya con el cuero pegado a su zurda, no paró de abrir el juego a las bandas, cruzar pases con sentido o jugar fácil con el amigo. Además, peleó sin desmayo cada pelota en poder leonés. La grada, sabia, le reconoció la calidad y la implicación.
La Ponferradina se animó al principio, pero Squillaci y David Prieto levantaron una muralla infranqueable para Rubén Vega e Irurzun, que tuvo una ocasión magnífica que el central francés anuló con su sola presencia en el cruce.
Era cuestión de tiempo que la calidad aflorara. Luis Fabiano, que recuperó su dupla habitual con Kanouté, inició su espectáculo. Romaric salió de un callejón, alzó la vista y regaló un balón al brasileño, que se exhibió en el remate de cabeza. Poco después de la reanudación, Jesús Navas le abrió la autopista a O Fabuloso, que picó la pelota con calidad excelsa. La eliminatoria estaba encarrilada.
Javi Varas, salvó un extraordinario invento de Rubén Vega que se estrelló en la cruceta, apenas sufrió. La labor incansable de Romaric y Fazio despejaron de enemigos su trinchera. El tiempo se consumía sin sobresaltos. Luis Fabiano cuadró su noche estelar con el tercer gol. Hat-trick y recompensa de la afición, que se rindió a los encantos de uno de sus goleadores.
Renato se reencontró con su fútbol de seda en la medular, Maresca recuperó el temple y Jesús Navas insistió con sus diabluras, siempre que Iturralde no confundiera quién hacía falta a quien. En una de ésas, la pelota le llovió del cielo al italiano, que puso el broche a la goleada.
El Sevilla, a base de triunfos, le retoma el pulso a la competición. Ya está en octavos de final de la Copa del Rey, una de sus recientes conquistas.
3 comentarios
mane -
MARCO ANTONIO ALMANSA SOSA -
Miriam -
Saludos