Real Zaragoza- 1 Sevilla FC 2
El reto de Gregorio Manzano comienza bien. El jiennense quería estar situado en puestos de Champions League en tres jornadas y lo ha conseguido a la primera. Lo ha hecho gracias a su propia fe, por oponer siempre a un muy defensivo Zaragoza un planteamiento ambicioso; y a la de Negredo, que le robó a un inocente Jarosik el balón en el 91’ para batir al ex bético Doblas. La primera parte aburrió a las ovejas y sólo una gran acción entre Kanouté y Luis Fabiano permitió abrir el marcador. Gay, que se jugaba el puesto, cambió su inicial 5-3-2 por un 4-4-2 y los blanquillos despertaron gracias a Bertolo. Con el empate, el partido se abrió más, hasta la pifia de Jarosik. Es lo que pasó en lo deportivo. El resto de líneas las merece un pésimo Muñiz Fernández, caserísimo, que no decretó un penalti claro en el segundo acto sobre Alfaro y que echó, inmediatamente después, a Fernando Navarro. Sólo el arrojo de los nervionenses y la convicción permitió que los puntos hayan volado a Nervión. La victoria llegó con 10, pero con un cien por cien en fe. Algo está cambiando en este Sevilla y, sin lugar a duda alguna, el culpable es Manzano. Que Monchi le traiga en enero a un buen organizador, que Kanouté no va a poder multiplicarse toda la vida.
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